lunes, 25 de febrero de 2013

No risk, no glory

Con motivo de la gala de los Oscar que se celebró ayer, y la tarde libre que nos han dejado tras acabar los acumulativos, ésta tarde he decidido ir a ver "Argo".

En ésta película se narran unos hechos verídicos, donde al ver como invaden la embajada de EEUU, 6 funcionarios escapan a la embajada de Canadá. En la película de describe el brillante plan que se organizó para intentar sacarlos de aquel país.

Pero lo que quiero que penséis, es que, como pasa en la película y pasó realmente, por muy descabellada que parezca una idea que os gustaría llevar a cabo, tanto ahora como en el futuro, pero tenéis miedo a fracasar, no os echéis atrás, arriesgaos a probarlo, porque quizá fracaséis, pero quien no se arriesga, no gana, no vayáis a lo seguro, atreveos a intentarlo, porque puede que merezca la pena.

Parafraseando al actual entrenador del Real Madrid C. F. José Mourinho: "Solo falla el que tira, yo no fallo seguro, y los que fallan son los tienen huevos.".


¿Impossible is nothing?

No sé si sabréis que una de las marcas deportivas más grandes del mundo tiene como lema la frase "Impossible is nothing".

Pues bien, ésta frase es muy bonita, te hace pensar en que puedes conseguir tus metas más altas… Pero ésta frase es mentira. Para comprobarlo basta con decirle al creador del slogan que pronuncie la "R" mentalmente si mover la lengua, o que se toque la espalda co la rodilla.

Juan R.

jueves, 21 de febrero de 2013

El Principito y el relojero

El Principito llegó al octavo planeta. El planeta estaba plagado de esferas de diferentes tamaños, que tenían tres palitos en su interior, pero solo uno de esos palitos se movía rápidamente, los otros dos se movían a duras penas.

En medio de ese barullo se encontraba un hombre sentado a una mesa, encogido sobre ella, con una de esas esferas, pero más pequeña que las otras, y la tenía abierta mientras ponía pequeñas piezas aquí y allí. El Principito sintió curiosidad y se acercó a él, y le dijo:

-¿Qué hace, señor? ¿ A qué se dedica?

-Yo soy relojero, fabrico relojes y también los arreglo.

-¿Y qué hace luego con esos relojes?

-Se los doy a la gente para que los utilicen.

-¿Y para qué los quieren, es que acaso tienen algo especial? ¿Están hechos de algún material mágico o algo así? ¿Cómo los usan?

-Bueno, pues las personas utilizan sus relojes para estar en el lugar exacto en cada momento, y sin ellos no podrían llegar cuando deben a los lugares. Están hechos con piezas pequeñísimas que tienen que funcionar de forma perfecta para que el reloj no se rompa. Cada una de esas piezas tienen una función que no parece importante, pero es indispensable para el reloj en su conjunto. ¿Quieres uno? Toma, quédate éste, es el más bonito que tengo.

Al Principito le pareció que ese hombre, como la pieza de uno de sus relojes, era indispensable para ayudar al resto de personas a desempeñar sus funciones. El Principito le dio las gracias y se marchó, dejando al hombre solo con sus relojes.


Juan R.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Un instante puede marcar la diferencia

Un hombre se encontraba cenando en una trinchera con unos compañeros de la milicia. De repente, como él mismo relató años más tarde, escuchó una voz que le decía "Levántate y aléjate". Él lo hizo, y cuando había avanzado 20 metros, un obús cayó en la trinchera y mató a todos sus compañeros. Ese hombre se llamaba Adolf Hitler.

En Nueva York, un hombre inglés iba a cruzar el paso de cebra y se confundió de lado al mirar antes de cruzar, mirando a la derecha en lugar de a la izquierda. Cuando empezó a cruzar, le agarraron por detrás y tiraron de él un instante antes de que un coche pasara a toda velocidad. Ese hombre se llamaba Winston Churchill.

En una conferencia, un tirador apuntó a las dos personas que estaban hablando. Decidió disparar al más alto, pero la bala se desvió matando al otro hombre, el alcalde de Chicago. El hombre alto se llamaba Franklin Delano Roosevelt.

Imaginaos qué diferente sería ahora mismo el mundo si éstos sucesos hubieran variado lo más mínimo… Y es que un instante puede marcar la diferencia.

Juan R.

martes, 19 de febrero de 2013

Suerte

Recuerdo el año pasado, final del curso, mes de mayo, 8:40 de la mañana de un miércoles.

Llego a la parada donde espero a la ruta, y suelo estar de pie hablando con un amigo mío, Ignacio R. quien está sentado en las escaleras, en el escalón de arriba, en el exterior del portal de su casa. Sin embargo, ese día yo llegué antes y me senté en el escalón de abajo, pues estaba muy cansado.

Cuando él llegó, le saludé, pero no se por qué, no me puse de pie para hablar con él, como hacía siempre. A los 5 minutos, se oye un estallido. Nos ponemos ambos de pie, y vemos que desde el interior del portal han roto la puerta de cristal de un balonazo. Me fijo en la chaqueta de Ignacio, que está rota, y se lo digo. Cuando se la quita, veo que tiene el polo manchado de sangre, y le digo que lo mejor sería que subiera a casa. Él lo hizo y luego se fue al hospital. Tenía una herida en la espalda, muy cerca de la columna. Por suerte, se curó a las dos semanas y todo quedó en un susto y una cicatriz en su espalda.

Pero lo que más me acojonó de ésta historia, es la posibilidad de que, si no hubiera estado sentado ese día, con Ignacio sentado entre la puerta y yo, y hubiera estado de pie como llevaba estando los 10 años de mi vida escolar en la parada, quizá uno de los trozos de cristal (que salieron despedidos con bastante fuerza) me podría haber herido en la cara o en el cuello, y con muy mala suerte quizá me podrían haber herido gravemente, de la misma manera que a Ignacio le hizo una herida en la espalda.

Menos mal que no pasó nada, pero la verdad es que ese día tuvimos bastante suerte.

Juan R.

viernes, 15 de febrero de 2013

El teléfono te controla

Sé que por el nombre, parece que ésta va a ser otra de las millones de entradas sobre adicción a redes sociales, pero no… Yo me refiero a otra cosa cuando digo que el teléfono te controla.

Cuando tu teléfono está bloqueado, es probable que esté mandando el lugar en el que te encuentras ese instante. A dónde lo manda, ni idea.

Cuando tú hablas por teléfono, la conversación se guarda durante 6 meses, y está a disposición de cualquiera que consiga una orden judicial, o sepa piratearlo.

Cuando tú mandas un tuit diciendo "Estoy en no se dónde con no se quién haciendo no se qué", ese tuit se guarda, y se quedará allí, en los servidores de Twitter para siempre.

Es más, ésta entrada que estáis leyendo ahora mismo será guardada en los servidores de Blogger.

Por supuesto, no estoy diciendo que sea todo un complot contra tu privacidad, simplemente te advierto que te andes con ojo cuando uses el teléfono, porque las cosas que puedas poner, pueden ser vistas por cualquier persona, desde tu padre hasta tu futuro jefe… Y quizá una tontería que pusiste un día, te pueda costar un puesto de trabajo.

Juan R.

jueves, 14 de febrero de 2013

Cómo hacerte famoso en tres sencillos pasos

Paso 1: Busca alguna idea absurda y llévala a cabo, como por ejemplo pintar 5.000 patos de verde.

Paso 2: Llama a Guinness World Records y diles lo que has hecho (Lleva pruebas).

Paso 3: Espera a la siguiente edición del libro Guinness de los récords y busca en el índice "pintar patos", después, difunde la noticia de que tienes un récord mundial.

Enhorabuena, ya eres famoso.
Juan R.